Hace poco leía en un blog de Clarín, sobre una de estas historias, que surgen en las ciudades y pueblos, medio aterradora. De esas que hablan de fantasmas, hechos sobrenaturales o sin explicación aparente. Historias, que con el paso del tiempo, se convierten en "Leyendas Urbanas".
En este caso hablaban de "la hamaca de Firmat" que se mueve sola. Claro, en el artículo se añadían videos (a mi no me gustan así que no van a ver nada de eso) y tanto las personas del video como los comentaristas del blog se dedicaban unos a reirse, otros a tejer historias de fantasmas y unos cuántos más a buscarle una explicación lógica, amparándose en las leyes de la física o factores ambientales. Unos pocos también se referían a los factores económicos (beneficios turísticos) de este suceso.
Sin embargo, yo me quedé pensando en otra cosa. En como amaba estas historias cuando era una niña.
¿Se acuerdan de "la llorona"? Ahhhh... que miedo que me daba!!!
De noche cuando en el techo de casa había gatos en celo y se peleaban y maullaban que parecía un llanto, me quedaba despierta y agarrada a las sábanas hasta que pasaban esos ruidos guturales, instintivos y tenebrosos.


Y no era mamá la que me asustaba con estas cosas. ¡NO! Es que a los chicos nos apasionan estas historias y se transmitían de boca a boca.
Cuantas veces habré corrido llorando al cruzarme con una gitana... porque los nenes del barrio decían que los gitanos te subían a un auto negro y te raptaban (juasss).
Cuantas veces habré corrido llorando al cruzarme con una gitana... porque los nenes del barrio decían que los gitanos te subían a un auto negro y te raptaban (juasss).

Ya un poco más grande, los cuentos del barrio se ponían más interesantes: Resulta, que en aquella casa vieja y oscura de la esquina, vive una señora loca rodeada de gatos. Y nunca sale. Pero dicen que cuando los chicos van a buscar la pelota, nunca vuelven! brrrr....Obvio, la gracia del cuento era justamente ir a tocarle la puerta a dicha señora. Que por lo general no estaba loca, era una pobre anciana sumamente limitada en su movilidad que vivía solitariamente en una casa vieja y desvencijada. De más está decir que el paisaje no era alentador para ningún gurrumín.
Y... ¿En qué barrio no hay una casa embrujada? ¡Mis preferidas! El desafío era por ejemplo pasarse la tarde allí. Pero no era la meta lo divertido, el truco es que seguramente se trataba de una casa abandonada y lo mejor ¡era ver como entrar! Así he saltado tapiales, roto puertas, me he metido arrastrándome por puertas rotas y ruinosas llenas de polvo y telas de araña. Y más luego, investigar la casa. Caminando despacito, sin hacer ruido y mirando todo con cierta reverencia. Al más mínimo sonidito salíamos todos gritando y corriendo desesperadamente como buenos niños que éramos.
Incluso una vez, en busca de estas casa embrujadas llegamos a una que estaba desocupada, más no abandonada. Era conocidísima en el barrio porque se habían sucedido dos muertes en una misma noche. Vivía allí una pareja, era una casa hermosa, de ensueño. Al parecer mientras la mujer se bañaba en la piscina se produjo un cortocircuito (no me acuerdo dónde) y la mujer pereció electrocutada. Al llegar su joven esposo y verla muerta, se suicidó (habiendo llamado antes a una ambulancia para que se apersonaran allí aduciendo el fallecimiento de su mujer). Cuando la policía llegó el yacía muerto al lado de ella al costado de la piscina. Esto ocurrió realemente, salió en los diarios y para cuando mis amigos y yo fuímos a la casa ya hacía tiempo que la familia (adinerada) había decidido mantener la casa en condiciones pero nadie vivía en ella.

Quien nos contó toda la historia fue el hombre que cuidaba de la casa quien se mostró sorprendido de todo lo que sabíamos y medio se habrá enternecido con nuestra aventura. ¡También nos acompañó en un recorrido alrededor de la piscina asesina! Y nos despidió diciéndonos: "De acá derechito para sus casa, eh?!".
Sí, eran otras épocas, todo era mucho más seguro y podíamos vivir estas historias con cierta tranquilidad. Es verdad que mi barrio era de cierta categoría y muy seguro, pero hoy ya no quedan de esos por mucho dinero que se tenga. "A seguro se lo llevaron preso, vió?
"Entonces es que recordando estas anécdotas, vuelvo a la hamaca de Firmat: ¿Que mal hacen estas historias? ¿Porqué no aventurarse en lo inexplicable y volver a ser chicos? ¿Que mal nos puede hacer usar un poco la imaginación y aterrorizarnos un rato con un niño fantasma o una hamaca que se mueve sola? ¿Porqué siempre le buscamos las respuestas "racionales" a las cosas?
Claro, yo no soy la persona idónea para desmitificar nada. Amo las leyendas y mitos vengan de dónde vengan. Y ya dije publicamente que creo (o quiero creer) en las hadas. Y sí, porqué no, también me gusta asustarme con una buena película de terror, un libro de ciencia ficción o suspenso y estas historias que me hacen dormir con un ojo abierto y me recuerdan la dulce ingenuidad de mi niñez.
6 comentarios:
Ehhh, (ejem) yo fui una de ellas, me refiero a los comentarios alli expuestos...jeje.
Hablando en serio, a veces hasta duele tanta repercusión a una hamaca que se mueve y nada a un niño que se muere de hambre, de frío o de abandono social...
Pero, haciendo plena referencia a tu post, realmente es hermoso ese inocente divague por el mundo del imaginario infantil, sin ir más lejos (veintitrés años, nomás) yo pasaba veranos en una isla... si, en serio! visto con ojos de "grande" era un montículo de tierra acumulado en medio de un pequeño arrollito debajo de un puente viejo (por donde antes de mi llegada a este mundo pasaba un tren) en el que había crecido un arbolito (que hacía las veces de palmera)y la soledad de ese lugar nos invitaba todas las tardes a jugar...sólo necesitábamos una bolsita de galletitas... Ah! y en la casa donde viví hasta los 7 años... tenía un "Lulu", que era muuuy malo y por eso le temíamos tanto (de noche)... pobre pizarrón con forma de elefante!
Un beso...me voy a "buscar formas" en las sombras de la penumbra desde mi camita... y si veo alguna que me asuste me tapo la cara con la sábana y se va...
Hola Chechu!!! Sabés? Me hiciste acordar de algo!!! Cuando era chica, siempre íbamos de vacaciones a Carlos Paz. Mis viejos alquilaban siempre la misma casa. Tenía piscina, parque, de todo. Y para ingresar un puente de madera con las guías de cadenas gruesas. Para mi y mi hermano ese "puente" era enorme!!! Lo ví de grande y casi me muero... es apenas un puentecito de unos 4 mts. y la fosa tendrá como mucho 1,50 m de fondo.
Pero además, el atractivo principal (que no era la piscina) estaba al fondo del parque. Eran unas masas "monstruosas" de piedras, de cuyas grietas salían unos cactos con flores rojas. Esas eran "las plantas carnívoras". Hemos pasado muchísimas horas imaginando ese "desierto" con plantas antropófagas. Es uno de los más dulces recuerdos de mi infancia. Tu isla, me lo ha revivido y ha sido hermoso.
Gracias por eso!
Miles de besos linda!
Hola, Cherry. Cuando yo era chico el problema no eran los gitanos con autos negros; eran otros sujetos con autos verdes; me acuerdo, allá por el 78, haber destapado una coca que traía en la chapita una figurita difícil del álbum de mundialito. Era en una plaza y yo empecé a gritar viva Perón; alcancé a gritarlo dos veces hasta que mis viejos me taparon la boca. Pero, lamentablemente, los del auto verde no fueron nada más que una leyenda. Mis viejos no eran militantes ni se interesaron nunca especialmente por la política; sin embargo, el miedo lo sentían igual. Ah, por cierto, de chico vivía a la vuelta del cementerio de disidentes, ¿te ubicás?... el que está en el bulevard avellaneda y pasco. Había un callejón de tierra donde a la tarde jugábamos al fútbol y apenas empezaba a oscurecer rajábamos; el callejón terminaba en un tapial de unos dos metros de alto que lo separaba del cementerio... imaginate todas las cosas que "vimos" asomadas a esa pared. Ah, y con lo de la hamaca, te invito a que pases por el blog de mi amigo cienfuegos (elcomecocos.blogspot.com) y te sorprendas con la fantástica hamaca que no se hamaca. Beso grande!!!
Guille!!! Che la historia del '78 me puso piel de gallina. JE! No me atrevo ni a responder a eso.
Lo de jugar al lado del cementerio... uh! yo tenía (ya más adolescente) un grupo de amigos e íbamos a los cementerios a la tarde de pick-nik y a la noche de corajudos. La verdad, nos cagamos mucho de miedo (sobretodo de noche) y no vimos nada raro. Eso sí temblabámos con cada ruidito! Una vez nos encontró el vigilante y nos sacó cagando a la vez que vociferaba: "Pero chinitos de mierda, que falta de respeto, no saben que a los muertos se los respeta?!" y no sé que más porque yo estaba super asustada pensando que el tipo les iba a contar a mis papás.
Contanos de alguna de esas cosas que vieron asomadas al tapial!
Y finalmente, entré al blog de cienfuegos. La verdad es que me gustó mucho su "visión" sarcástica de las cosas. Tiene mucha onda. Aunque particularmente lo de la hamaca, casi me dolió. Vos viste que soy una romántica perdida y esa pobre hamaca desolada y solitaria, sin chicos gritando y corriéndose alrededor, me dió mucha tristeza. Sí, ya sé que es parte de nuestra Argentina, de nuestro Rosario, pero no lo pude evitar.
A alguien que cree en las hadas a los casi 30 años, le duele una hamaca desierta de risas y juegos.
Igual el blog me encantó, pienso volver. Besitos rosarigasinos!
Hola bonita!
De mi niñez no voy a hablar ya que no tuve ninguna experiencia "terrorífica". Si voy a contarte de mi piojo, es el contador "oficial" de historias de terror del cole. Si, también cuenta chistes y demás, pero le fascinan las de terror. También dibuja mucho, y entre sus dibujos siempre hay algún hombre lobo, cementerios, lápidas, etc. hasta le hizo un "art attack" al padre: una lápida en cartón y papel con su nombre!! jaja!!
Un besito grande y otro para Chechu y el guille que ya pasé por ambos blogs y me encantaron (si si, ya voy a comentar, denme tiempo!!). Besitos!!
Marian Me encantó lo de tu nene!!!! Re bizarro jajajaja le hizo una lápida al padre!!! jajajaja Me imagino la cara del pobre hombre!!!
Pregunta de un amigo: ¿Y tu nene que te regaló para el día del padre?
Respuesta: ¡Una lápida!
JUAAAAAAAAA!!! Perdón, perdón. Tu nene un capo absoluto!!! Dios me provea de media docena de hijos con esas locuras!!! Me los voy a comer a besos!!!
Felicitaciones por tu nene que se ha ganado todo mi respeto e idolatría!!! Y un millón de gracias a vos por compartir esta anécdota!!!
Un besazo enorme linda!!!
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