
Aunque, ha decir verdad, hoy hay algo extraño. No sé si es el colchón, las sábanas, el calor, la habitación. Quizás sea todo eso. Me estiro muy suavemente como con cautela. Procuro no despertarlo porque yace profundamente dormido a mi lado, respira fuerte, es un bulto en la cama. Lentamente me levanto, como desorientada.
Prefiero ir al baño de abajo así no hago demasiado ruido. Estoy desnuda. Pienso brevemente en este detalle, no es para preocuparse, ¡siempre duermo desnuda!. Quizás debería mirar si él también está desnudo bajo las sábanas. El pensamiento es tentador, la idea: un tanto depravada. Consigo imaginarme su cuerpo desvelado a la joven luz de la mañana y una sonrisa se dibuja en mi cara. Mejor lo dejo para después.
En la planta baja, lejos de la habitación en suite, todo permanece silencioso. Es un barrio tranquilo. El sol baña de calor el asfalto, ilumina las ventanas que tal vez necesitan un poco de limpieza. No es momento de pensar en limpiar, de ninguna manera.
Pongo la pava con agua al fuego y me lavo la cara. Por suerte abajo también hay cepillos de diente, al menos, puedo empezar el día completamente limpia.
Miro alrededor extrañada. Una intensa sensación de estar perdida, descolocada. Todo está en su lugar y sin embargo me resulta tan ajeno... En la cocina, el agua está por romper hervor y como quien lo ha hecho toda su vida, en tres segundos tengo listo el mate.
Me muevo cotidianamente por el espacio, sé dónde se encuentra cada cosa... no obstante, es incómodo. Me embarga un sentimiento de soledad, de ausencias, de sorpresa.
Quiero hacerlo todo como si de esto dependiera el resto de mi vida. Busco una naturaleza que no me sale. Me impulso en la certeza del deseo más prometedor, y no logro despejarme.
Tengo la cabeza como en cualquier lado. La forma más explícita de plasmarlo sería: Es como quien vive un sueño y sabe que es un sueño. Dónde todo le resulta familiar, más no deja de comportarse como quien sabe que no es real. Y se siente en carne viva la desazón de que en cualquier momento va a despertar.
Me cebo los primeros mates y me dirijo a la computadora. Pongo un poco de música bajita y entro a mi blog. Reviso los comentarios y con cierta placidez comienzo a responderlos. ¡Eso es algo que conozco! ¡Algo que es mío! Me pertenece. Ahí, en el ciberespacio, está mi gente, mis lectores, mis sueños y desvelos, mis locuras y miedos.
Después me paseo por otros blogs amigos, leo el diario, me estiro y miro hacia afuera. El día que está despertándose, estirándose, decidiendo como será su brillo, su calor, sus nubes, sus bichitos.
Una mano roza mi espalda en un gesto cariñoso y dulce. No puedo evitar un escalofrío, una mirada inquisidora.
Y me encuentro con una mirada amorosa, llena de ternura y promesas.
- Veo que ya estás desayunando. No me despertaste.
Creo percibir cierto tono de reproche en su voz que se ve confirmado con la segunda frase.
- Pensé que hoy íbamos a desayunar juntos.
Vuelvo a mirar a mi alrededor y me encojo en una demostración de timidéz y vulnerabilidad. Siento miedo, otra vez el miedo, pero esta vez es distinto. Es un miedo sencillo. Un miedo deseado. Un miedo predecible.
Lo miro temerosa, buscando consuelo, comprensión. Él me abraza suave y delicadamente. Me besa el cuello apoyando sus manos en mis pechos.
- No te preocupes, por hoy, el desayuno lo preparo yo. No podés empezar la mañana solamente con mate. Terminá eso que estás haciendo y ya te aviso cuando esté listo.
No pude terminar lo que estaba haciendo, me quedé vegetando en ese mar de semi conciencia. La realidad empezó a inundar mi razón y procuré empezar a hacerme a la idea. Todo el problema era ese, hacerme a la idea. Claro, todo me resultaba ajeno, pero conocido.
Es porque mi vida había cambiado.
De lejos lo escuché llamarme y en la cocina un exquisito aroma a tostadas y jugo recién hecho me terminó de ubicar.
Él rodeó la mesa y posó sus ojos traviesos en los míos con una felicidad difícil de describir. Volvió a su lugar en la mesa y me tomó una mano entre la suyas. El silencio era feroz. Pero él consiguió murmurar quedamente:
- ¿Lista para el primer desayuno juntos del resto de nuestras vidas?
No pude más que sonreir como una idiota. Quizás fuera un sueño. Quizás no. Pero definitivamente, era el mejor sueño que hubiera tenido. Y sí, todo había cambiado, una larga lista de miedos a lo desconocido me embargaba. Aquello tan deseado me estaba pasando y estaba helada de temor, de espectativas, de ilusión, de esperanzas. Finalmente era mi proyecto de vida. Atrás quedaba la casa que conocía, las personas que me rodeaban diariamente, mi madre, mis vecinas, mi existencia hasta el día de hoy.
Pero delante de mí se abría un crisol de nuevas aventuras, de sueños por concretar, al lado de la persona que pone a temblar mi corazón, de aquél a quien amo con locura y desesperación. Frente a mi, al otro lado de la mesa, estaba mi presente y futuro. Mi compañero de ruta.
Los miedos y costumbres se irían venciendo y construyendo con el paso del tiempo. Tenía tiempo, tiempo para aclimatarme, para acostumbrarme. Tiempo para disfrutar, paladear y vivir. Vivir. Una nueva vida repleta de incertidumbres y certezas comenzaba para mí en ese instante. Todo incertidumbres y la certeza del amor. Todo era novedoso y mágico desde ese instante en que su mano, tomó la mía entre las suyas y me sirvió nuestra primera tostada juntos.
Sueño o no, estaba dispuesta a vivirlo todo lo que durara.
Cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia, tanto la historia como sus personajes pertenecen a la ficción. Texto original ideado, escrito y publicado por la autora bajo el seudónimo de "Acid Cherry" en el día de la fecha, Domingo 23 de Diciembre de 2007.
Dedicado a mi amiga "India" que siempre anhela de mí, un final FELIZ. Espero algún día, poder escribirte uno que sea real! Besos!
4 comentarios:
AYYYY Cherry, ya me estaba haciendo ilusiones!!! Qué hermoso posteo!!! Me hizo acordar a aquella vieja canción de The Carpenters "We`ve only just began"... En fin... Ví que pasaste por mi blog, pasá cuando quieras a chusmear, sos bienvenida!!!
Un besote y felices fiestas!!
Que lindo y romantico lo que acabas de escribir y mas para una romantica empedernida como yo jaja.
Ojala q si sea tu final!
saludos
Hola Lucía!!! jajaja sí, sabía que más de uno se iba a ilusionar jajajaja. Pero bueno, cést la viè... Es un cuento no more. Peeeero... lindo, no? Pasé por tu blog pero con poco tiempo, esto de las fiestas me tiene loca. Ahora paso a dejarte un mensajito como se debe!!! Te mando un besote enorme y los deseos por las fiestas te lo dejo por allá.
Ginis!!! Que lindo que pasaste de nuevo!!! Es una linda historia, no? Y sí, es como me imagino mi final... algún día...
Te cuento que yo también soy una romántica empedernida y perdida!!! No tengo remedio! Creo en los finales felices, en el "fueron felices para siempre" y en los pequeños detalles del día a día que construyen nuestro cuento de hadas personal.
Te dejo un besote enorme y espero que pases unas maravillosas fiestas con tus seres amados!!!
¿Lista para el primer desayuno juntos del resto de nuestras vidas?
Un secreto:
Lo imprimí, me emocione y lo pegue en mi escritorio, junto a los escritos mas valiosos que conservo, de mis nenes, de mi Chachus, de mis afectos, ahí está el tuyo "Comienzo", el título mas perfecto, la palabra mas justa.
Sin dudas una de mis preferidas, comienzo, again, for ever, lealtad... y la lista sigue.
Por eso me gustan los finales felices.
Y no es una utopía.
Existen.
Te quiero mucho
Esto, que escribiste tan maravillosamente (como siempre) sin dudas, te está esperando.
India Dulzona de Chachus
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