jueves, 4 de septiembre de 2008

CUENTO - TERCERA PARTE

En la comisaría se le acercó el policía joven que se identificó como el oficial Poletti.

- Sra. Volken, mi más sentido pésame.

Sara presentó a su padre y se puso a disposición de los oficiales.
Poletti llamó a su compañero, el oficial más grande que tan amablemente le había acercado un vaso de agua. Suárez. Oficial Máximo Suárez.

Ella pensó que lo de Máximo le quedaba bien. Era un sujeto alto y fornido. Según el gesto de su cara podría parecer arrogante, temerario o bondadoso.
Una cicatriz de unos 3 cm. le cruzaba un ojo, le daba aspecto de lobo solitario, de ferocidad.

Le hicieron firmar unas fichas, notificándose del accidente y le propusieron escoltarla hasta la morgue para que reconozca el cadáver.

- Afortunadamente, a pesar de haber sido expulsado durante el choque, el cuerpo está en buen estado. Salvo algunos arañazos...

Suárez le lanzó una mirada censuradora a Poletti y éste miró de soslayo a Sara que se había transfigurado. Una palidéz transparente se había apoderado de su rostro y sintió como el corazón se le hacía un nudo insoportable.
Su padre pensó que podía desmayarse y la sostuvo desde atrás por los hombros.

Jamás lo había pensado así. Sabía que iba a ver el cuerpo inerte y sin vida de su esposo. Que se iba a enfrentar a su muerte, a la frialdad de la inexistencia, al silencio que nunca más será quebrado. Pero no se le ocurrió pensar que aquella imagen podía no ser como la que se esforzaba por apartar de su mente. Podía ser mucho más traumática y desagradable. Y no supo cómo no se le había ocurrido: Sebastián falleció en un accidente.
Intentó imaginarlo y tuvo que ahuyentar aquella visión. El dolor era demasiado.

Suárez retomó la marcha en el más absoluto silencio. Poletti agachó la cabeza y la escondió todo lo que pudo en el pecho.

Su padre la metió en el asiento del acompañante y rodeó el auto para ocupar el de conductor. Puso el auto en marcha y esperaron. Al instante se les acerca una patrulla y por señas, Suárez les indica que los siga.

Sara no estaba preparada para la sensación de nosocomio que le produjo la morgue. Finalmente era eso: una especie de hospital sumamente esterilizado, con ese olor horroroso a desinfectante. Puro azulejo y aire frío. Oscuro, con tubos fluorecentes de luz blanca, largos pasillos y la espeluznante presencia de la muerte.

Algunos empleados pasaban riéndose y Sara no pudo evitar el sentimiento de lo profano. Debería estar prohibido que en lugares así resonara la risa en los pasillos. El eco debería tener la delicadeza de no hacerse presente en esa caverna azulejada celeste y blanca. Los pasos de Suárez y Poletti no debieran sonar tan fuertes y rotundos. Ella no debiera estar ahí, Sebastián no debía estar ahí. No tendría que haber muerto.

Otra vez la impronta de estar metida en un sueño dónde todo está mal, todo se ve borroso y la impresión de caos se filtra por los poros.

La sala era más de lo mismo, quizás más oscura y lúgubre. Un hombre serio y erguido esperaba al lado de una camilla de acero inoxidable. Un cuerpo descansaba allí, cubierto por una sábana celeste.
Nadie dijo nada. Suárez se detuvo junto a la camilla, ella detrás de él y su padre detrás de ella. A una seña del oficial el hombre de celeste descubrió la cabeza.

Era Sebastián. No había dudas. Allí estaba: muerto.

Intentó mirarlo fijamente para hacerse a la idea. Para procesarlo e incorporarlo a su sistema. Pensó en un shock y un luto de breves minutos. Pero por más que lo miraba, que estaba ahí a escasos centímetros de su mano, que casi podía tocarlo, no lo asociaba como muerto. Aquel cuerpo vacío no era él. Es decir, sí, lo era... pero a la vez no. Era el envase de Sebastián, faltaba algo para que fuera él. Faltaba su mirada pícara, su sonrisa de costado.
Pero entonces, estaría vivo.
Así que eso era la muerte. El vacío. Quiso estremecerse y llorar. Quiso llorar, gritar y entrar en crisis. Deseó poder sacudirse de alguna manera todo aquello que la estaba colmando por dentro, pero no fué capaz.

Asintió calladamente y el hombre celeste volvió a cubrir el rostro. Instintivamente detuvo su mano a medio camino en el aire.

- ¿Puede descubrirlo hasta la cintura?

El hombre celeste miró al oficial Suárez quien le puso una mano en el hombro.

- Tal vez, no sea buena idea.

Sara pensó en lo que esa frase significaba y consiguió estremecerse. Vaya uno a saber que aspecto tendría el resto del cuerpo. De ese cuerpo que era el de su amante, el de su amor, el del padre de sus hijos. Pensó en lo bueno que sería tener la valentía de las heroínas del cine, que se enderezaban, tragaban saliva e insistian en verlo. Pero ella distaba mucho de una heroína de película y aceptó, sin decir nada, el consejo.

- ¿Es usted el médico forense? - le dijo al hombre celeste en un susurro.

(Nadie habla en voz alta en esos lugares. O nadie "debería".)

El hombre asintió.

- ¿Sufrió?

El hombre celeste cruzó una mirada con Suárez, pero decidió responder.

- Su esposo fue eyectado del coche y sufrió varias lesiones internas. Algunos órganos colapsaron y tenía grandes hemorragias. Tras unos segundos debe haber quedado inconsciente y no pudo haber sobrevivido más que unos minutos.Yo diría que apenas se habrá dado cuenta de lo que estaba sucediendo. No, no debe haber sufrido.

El hombre celeste le alcanzó una planilla que Sara no miró, solo firmó al pie de la página. Seguramente era para certificar que habían reconocido el cuerpo y quién era el reclamante.

Su padre, le dijo que saliera de allí y lo esperara en el coche, que él se encargaría del resto. Era realmente afortunada de tenerlo allí. De tener a alguien que estuviera lo suficientemente cuerdo para quitarle aquel peso de encima, de tener a alguien en quien depositar su confianza, de tener a alguien dispuesto a asumir aquellos trámites tan terribles.

Su padre. Siempre había estado, siempre la apoyó, siempre la acompañó. Su padre era la seguridad y la protección personificada.

Lo miró brevemente antes de irse, su rostro marcado por los gestos de cansancio, su piel áspera por el pesar y la angustia, su resignación y lentitud de movimientos, su paciencia para todo aquél papelerío. Verdaderamente tenía mucha suerte de tenerlo. Debía recordar agradecérselo.

Debía, debía, debía. ¡Dios! Su vida era una larga lista de deberes.

Poletti se quedó acompañando a su padre y Suárez abrió el paso hacia la salida asegurándose de cuándo en cuándo de que Sara lo seguía.
Ella apresuró el paso acomodándolo al suyo porque no tenía ninguna gana de estar sola.

En la puerta soltó un largo suspiro como si hubiera contenido la respiración por mucho tiempo.
Él la miró evaluándola. Era una mujer fuerte, pero él ya había visto quebrarse a personas mucho más enteras. Sin embargo, aquella damita menuda parecía soportar el peso.

Sara levantó la vista y vio como se ocultaba el sol. Pensó que mañana sería distinto. Pensó que no podría dormir, que despertarse sería muy duro. Tenía que intentarlo, sentía su cuerpo como si no hubiera dormido en años o como si se hubiera convertido en la bolsa de golpes de cientos de boxeadores.
Una brisa la hizo estremecerse y temblar ligeramente. Suárez se quitó la chaqueta y se la puso sobre los hombros.

- ¿Usted es siempre tan silencioso, Suárez?

El oficial la miró sorprendido por la pregunta y también por el tono de camaradería con que fue realizada. Una sonrisa se le dibujó en el rostro.

- Solo cuando salgo a ver el atardecer con una damita impertinente.

Ambos rieron y Suárez empezó a patear piedritas invisibles en el suelo.

- ¿Va a ir a ver a la chica?

- ¿Todavía no saben quién es? ¿No consiguieron ningún dato?

- No. Hasta que alguien no la busque o la reporte como desaparecida...

- ¿Y por las huellas digitales?

- Sra., usted ve muchas películas

Otra vez risas... era un respiro, un alivio, descubrir que todavía era capaz de reir, aún en una situación tan espantosa.

- A menos que tengan antecedentes no sale en el sistema.

- Bueno, al menos no me engañaba con una delincuente...

Suárez se puso serio nuevamente, cortando la risita en seco y Sara se percató de que finalmente había podido decir en voz alta, aquello que sospechaba. Por un instante sintió la herida abierta en su pecho. Fue tan conciente de ella como del frío de sus manos.

- Eso es apenas una de las muchas circunstancias por la que esa mujer pudo haber estado en el coche de su esposo...

Sara sabía que era cierto, pero el temor punzante era inevitable. Y había otra realidad...

- Lo que no entiendo es por qué estaban en esa carretera... Sebastián debió estar en su oficina.

- Esas son respuestas que ahora solo ella puede darle.

Sí, eso era lo peor. Solo esa mujer podía regalarle la verdad. Buena o mala, pero la verdad. O, podía vivir con la sospecha. Con las suposiciones, con una verdad que ella quisiera recordar y la ayudara a vivir el resto de su vida.

- Ahora tengo que descansar y me asusta descubrir la verdad, saber quién es esa mujer, qué era de mi esposo... descubrir quién era mi esposo. Qué cosas me ocultaba. Buenas o malas... pero decidió no compartirlo conmigo. Y yo pensaba que podíamos hablarlo todo, que podíamos contarnos todo, apoyarnos y acompañarnos, entendernos, respetarnos...

- Comprendo. Siempre pensamos eso.

Ella lo miró fijamente con detenimiento y lo supo.

- Es divorciado, ¿verdad?. ¿Un engaño?.

- Digamos que fue una suerte que no tuviéramos hijos. Fue muy duro.

Un silencio palpable se apoderó de la escena y así permanecieron, el uno al lado del otro acompañándose en esos momentos de recuerdos dolorosos, de sospechas insoportables y melancolía.

El padre de Sara se acercó con Poletti y rompieron, sin saberlo, aquel instante mágico en que dos corazones se comprenden a pesar de no conocerse profundamente. Pero el lazo de unión ya se había creado.

Cuando estaba por subirse al auto, Suárez le dijo por lo bajo:

- Pensaba ir mañana a la tarde a ver a la chica, por si llegó a despertarse y a preguntar sobre su estado clínico. Si quiere, podemos ir juntos.
Le dejo mi tarjeta, si no le apetece ir sola, llámeme.

- Gracias Suárez, es muy amable de su parte.

- Tutéeme, no estoy tan viejo todavía. Y me gusta que, para variar, alguien me diga Máximo.

- De acuerdo "Max", lo voy a consultar con la almohada... y si acaso, mañana lo llamo.

Se despidieron con un movimiento de cabeza muy sutil. Poletti no registró ni remotamente el intercambio de palabras.
Pero desde el auto, el padre de Sara, notó que el tono de voz y las miradas no eran todo lo oficiales que deberían.
Y todavía no estaba seguro de que fuera una cosa buena.
Aquél oficial podía ser un ángel caído del cielo, o bien: un grave problema.
Cuando Sara subió al coche, su padre intentó adivinar lo que pensaba por el gesto de su cara, pero no pudo.

- ¿Vamos a casa? Ya has tenido mucho ajetreo por hoy. Tenés que dormir, hija.

- Sí papá, vamos a casa.

- Estoy ansioso por ver que a preparado de cenar tu madre... estaba pensando en hacer pastel de papas.

- Los chicos estarán felices... les encanta el pastel de papas de mamá.

- Sí, todos adoramos el pastel de papas de mamá.


Se miraron tiernamente, reconociéndose y reconociendo la maravillosa familia que tenían y la inmensa suerte de pertenecer a ella.
Mañana pensarían en el entierro.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Alejandro
Neeeeena:EEEEEEspectacularrrrrrr,no nos dejás descansar, ahora si que se complico!!!
Un abrazo inmenso!!!!

Anónimo dijo...

Te contesto aquí, porque si no la respuesta queda muy abajo. :-)

Ahora mismo estoy escribiendo un cuentito sobre una idea de un amigo. Se llama La mesera malvada, sobre una mesera de un bar que si los hombres van solos flirtea, pero si van acompañados de otra mujer los asesina.

Lo que no se es si me está quedando bien o un bodrio, aburrido y lento, sin interés. :-)

En cualquier caso, muy buenos sus conejos, Cherry.

→FAIRY ♥ KAMI← ® dijo...

ALE! La vida es complicada...!!! Veremos por dónde me sale el tiro... pero ya tengo algunas ideas... JEJE

Abrashos... me alegra UN MONTÓN que te esté entreteniendo la historia!!!!

SOKON: Uh! Yo quiero leer "La Mesera Malvada"!!! Está on line?
A ver si me da ideas... a veces pienso que ser demasiado bueno, no es bueno!!! :-P
Tengo que aprender a ser un poco mala X-D
Yo le prometo que soy objetiva!!!
JAJAJA!!!

Me gusta verlo por acá SOKON no se pierda...!!!

Zeta dijo...

Por favor Çocón, que no se llame Malvada!
Bueno, a menos que sea extremadamente necesario y que su comportamiento responda en forma muy notable a alguna forma de maldad que va a tener que abordar en su cuento.
Prefiero la carencia de adjetivos a aquéllos producto de gratuidad.
Mire, le transcopio un fragmento escrito por un amigo de la infancia, elegido al azar:
(el fragmento)

«Especulación que ha ido fatigándose con los años, la del Infierno. Lo descuidan los mismos predicadores, desamparados tal vez de la pobre, pero servicial, alusión humana, que las hogueras eclesiásticas del Santo Oficio eran en este mundo: tormento temporal sin duda, pero no indigno dentro de las limitaciones terrenas, de ser una metáfora del inmortal, del perfecto dolor sin destrucción, que conocerán para siempre los herederos de la ira divina.»

Si está aburrido busque los adjetivos, cuéntelos y estúdielos (a propósito, el texto se llama La duración del infierno o invierno, como prefiera).

La diferencia, como verá, entre usted y mi amigo está en los adjetivos (cantidad y cualidad). (Claro, eso también lo obligaba, pobre, a escoger con mucho cuidado los sustantivos; y no podía armar las frases de cualquier forma...)
Detrás de esto está, quizás, la revelación de que este pibe era, en efecto, un escritor en lengua inglesa, escribiendo en castellano. Pero no voy a entrar en eso. Vine a saludar nomás.

→FAIRY ♥ KAMI← ® dijo...

ZETA: El título es muuuuuy bizarro! Bien al estilo de SOKON ;-)
Pero sí, coincido con ud., el tema será luego no decepcionar con la historia.
Ese título ya crea muchas espectativas... luego la maldad debe responder a ellas.
Pero se puede...

** El título me recuerda algunos de Stephen King... me entra la añoranza de mis años de adolescente cuando me desvelaba con Pesadillas y Alucinaciones...

Anónimo dijo...

Cherry: No, la mesera no está online, pero le mandaré una copia cuando esté pronta. :-)

Zeta: ¿Me llama adjetivador gratuito? Y eso que no me conocía en la adolescencia! ;-)

Es un título de fábula. Como 'La nueva madre'.

Sobre los adjetivos, no están mal si no están mal usados. Por otro lado, a mi no me da la cabeza para usarlos bien. No me da ni para escribir una oración con más de 15 palabras sin contar artículos y preposiciones. No me da para escribir párrafos de más de 15 oraciones. Me aburro antes, me pierdo, tengo que empezar de nuevo. Tampoco tengo tantas ideas.

Mire, p.e. algo de LMM:

"Con Angie tomábamos Gin. A ella le gustaba el Gin y siempre tenía una botella en la casa, y a veces preparaba un cóctel con gin y vermú. Yo empecé a guardar una botella de gin en el ropero donde solía poner las botellas de grapamiel.

Me acuerdo que ese coctel antes de tomarlo brillaba como estrellas, y tenía un gusto dulce. Y después la noche era más blanda y más buena, como las noches de un pasado donde las cosas eran más fáciles. Y las estrellas brillaban más cerca y más buenas de camino a casa."

Cuente los adjetivos.

Por otro lado, cuente las veces que uso los verbos 'tener', 'haber' y la letra 'y'. Es en esas cosas donde veo el verdadero problema. Mis oraciones parecen letras de los Ramones.

Quisiera comparar mis párrafos a Hemingway, pero desafortunadamente se parecen más a Bukowski.

Y no, Angie no es la mesera malvada. Karina es la mesera malvada.

Anónimo dijo...

Cherry...me capturaste reinita... Tendrás siempre las tostaditas a la mañana....besos!!

Anónimo dijo...

Sokón:
Yo también quiero leerla, pensé que la tenía on-line.
Le cuento algo, adivine, cual es una de mis faantasías incumplidas?
-MESERA!!!

Y me lo ofrecieron, lo sugerí a mi novio y me lo arranco de cuajo.

Me dijo:
-Vos COPERA?
-No, mesera, moza. Copera no.
-Olvidate.
-Me dijo la dueña que podés estar ahí.
-Olvidate.
-Que tiene de malo?
-Olvidate.
-Ya le dije que si.
-Olvidate que te va a quedar novio, después de tu fantasía cumplida.
-...

Y me olvide Sokón.

Pero quiero leerla, si usted quiere, le pide a Cherry que me la pase.
Ya la escribió toda?
O va capítulo por capítulo, a mi no me gustan las entregas de a poquito, aunque dice que la está escribiendo...

Cherry, me esta torturando con sus entregas cada 100 días.

Yo tengo que leer de una.

Hola Zetungui, en que anda?
También escribiendo cada 100 días, eh!

Bueno, voy a ver como siguió la trama Cherry, de la susodicha abnegada esposa y madre, aunque me temo que voy a tener que repasar todo de nuevo y encima no es final, no?

Bueno, ahí va "Solo leo".

Indus

pd: aguante Bukowski! (Admito que leí uno solo de él! y porque me lo regalo Chachus) :)
Karina, es un buen nombre de mesera, si, señor!

Anónimo dijo...

Es ud. malvada, India? ;-)

No sabe cuanto me alegra su interés, y me acicatea a terminar la historia, la cual de algún modo le haré llegar a la brevedad.

Anónimo dijo...

Ahhh, como me gustaría serlo, aunque sea por una noche.

Pero no, no soy malvada, lo confieso, me gustaría serlo por un rato, y he jugado a la mesera.
Le cuento.
En Buenos Aires, hay una mujer hermosa, bellísima, con los ojos mas rasgados que su imaginación puede dar, color turquesa, ni celestes, ni cielo son turquesas.

Y ella si que es la mas malvada de todas.
Un día dije:
-Si yo me llevo bien con esta mujer, listo!, conquisto el mundo.

Ella es empresaria, maneja 5 locales en Buenos Aires, al medio día explotan de empresarios, oficinistas y cadetes, no saluda a cualquiera, tiene preferidos y preferidas, tambien es condescendiente con las mujeres.
A la noche nuevamente se produce la magia.El local que llega a su máximo en ventas y diversión, es justamente en el que se encuentra ella.

En su mundo yo no existo, soy menos que un mosquito, me llevó casi un año caerle bien, un año me retó y maltrató como quiso, me exigió a mas no poder.

Ella tiene muchos cadáveres sobre su conciencia, dejó muertos en vida, que la van a esperar por siempre.

Hasta que sucedió, me dirigió la palabra y empecé a ser visible para ella.
Yo soy vendedora, distribuidora, una nada para ella y sin embargo un día me dijo:

-Hola nena,tuercecogotes! y se sonrió.
Venite una noche de estas de moza y te aseguro que nos vamos a divertir! Trae a tu novio. (Ella conoce a mi novio), que te espere mientras.
-Si?, le dije
-Si, venite, la paga es $500,00 y la propina es tuya.

Me sonreí, le agradecí, le conté que era una de mis fantasías y ...

Bueno eso, Sokón, el resto ya lo conoce.

Termine su relato, que yo lo leo junto a mi Chachus.

Beso
India

Anónimo dijo...

India, en mi opinión esa mujer que ud. describe no es malvada, es miserable. :-)

En lo que respecta al cuento LMM, ¿como hizo para convencer a Chachus de que lo lea? (Estaré haciendo buen márketing?).

Sobre el estado del cuento, espero tener un borrador para el fin de semana. Roberto Bolaño decía que uno tiene que escribir los cuentos de a tres por ves, por lo menos: si escribís de a uno, podés estar toda la vida para terminarlo. Es cierto.

Un crack Roberto Belano.

Anónimo dijo...

Hola cherry... imagino que ya no le duele la panza...
y espero que sea así.
Pasaba nomás.

Anónimo dijo...

Nop, Sokón, no es miserable, es generosa.
Depende del lado que uno/a la mire.
Como empresaria, es sin dudas la mejor, nunca olvidemos que es mujer, cuesta todo tres veces más, y a eso hay que sumar que es una mujer hermosa, muy fina, muy pero muy bella, ya debe estar cerca de los 50 largos y es interesante.
Yo le tengo así como admiración, por el manejo que tiene con los negocios, el Chachus no se la banca, según él, es cuasi prostituta, yo no lo creo.

Al Chachus no tengo que convencerlo Sokon, lee todo el tiempo, la que no lee soy yo, asi que si yo le digo de leer algo juntos, larga todo, y se pone a leer conmigo.
El tema es que hay que aguantarse la crítica es salvaje.
A mi seguro que me gusta, pero él es mas complicado, es letal.
Lo que tiene es que nunca se lo diría, sino que lo pensaría para sí.
Salvo que uno le de permiso, entonces sí, le daría su parecer.


beso,
Sokón

→FAIRY ♥ KAMI← ® dijo...

Oh Oh... mala comparación SOKON (JUAS!)
No sabe ud. que nuestra India es "boga"? (JAJAJA)
Igual se entendió y estuvo bueno jajajaja.

Si todo sale bien (y no surgen peras de un olmo) esta tarde/noche, posteo la PARTE 4.

Beshozzzzzzzzz!!!

Anónimo dijo...

Cherry, tu cuento me tiene re atrapada.... entro a cada rato a ver si posteaste la cuarta parte....Te felicito, tenés una habilidad excelente para expresarte

→FAIRY ♥ KAMI← ® dijo...

Graciassssssssssss Vani!!!!
Hacía bastante que tenía ganas de hacer un cuento o historia por entregas.
Más que nada porque con otros cuentos me pedían una segunda parte y siempre pensaba si tenía que hacerla o no, si surgía, si nacía...
Verdaderamente, lo que más me preocupaba era esto que sucede. Lo ideal sería poder postear día por medio para que no se pierda el hilo de la historia, pero por mi trabajo, los otros blogs y un largo etc. se me complica actualizar más de una vez x semana...
Pero bueno, aún con estas dificultades, finalmente: lo estoy haciendo!!!
Gracias por tu cariño y tus palabras, espero que el suspenso no decaiga...

Abracitos de osesna y nos vemos en "la Habi" :-P