miércoles, 19 de diciembre de 2007

SUDOR

Me desperté toda mojada. Hace calor, mucho calor. La humedad es la que mata, dicen todos. La espalda mojada, agua en mis piernas, calor, sopor. Hasta la boca seca. Insoportable. Miro el reloj, son apenas la 1 de la mañana, no hace dos horas desde que me acosté. Me levanto tambaleándome, más dormida que despierta, incómoda. Voy a la cocina, me sirvo un vaso fresco de jugo, miro la heladera como buscando algo, pero no sé qué. Mala costumbre de mis épocas de gorda. ¿Que busco en la heladera?. Nada, no tengo hambre y el insomnio no se me va a ir comiendo.
Miro el celular y mando un sms. Enciendo la televisión aún sabiendo que a esta hora no puedo encontrar nada bueno. Me quedo mirando una serie insípida intentando sacudirme un poco la sensación de pegoteo. El tiempo pasa como si nada, algún que otro mosquito se atreve a acercárseme.
El teléfono no suena. Que raro. Iván no es de los que se acuestan temprano, es el tercer mensaje trasnochado que no me responde esta semana. En qué andará. ¿Acostado a la 1 de la mañana? Raro.
Vuelvo a la cama con el baho caliente del verano en la piel. El ventilador a duras penas remueve el espeso aire de la habitación, pero es un respiro.
Me duermo pensando en Iván, en el mensaje que no respondió, en el calor asfixiante del sur del mundo.
El día pasó de la misma manera. Haciendo terribles esfuerzos por escapar del sol, por refugiarse del calor. La gente cansada, aletargada, somnolienta. Como si nadie en toda la ciudad hubiera podido dormir. La tensión reinante parece poder cortarse con el filo de un cuchillo. Estamos todos alterados, perturbados.
Me acerqué al banco a pagar los impuestos, a retirar plata del cajero, pasé por el supermercado y soporté la cola llena de niños caprichosos que se turnaban para hacer berrinches, de gordas sudorosas, de viejos desdentados y su cajita de vino, de señoras que como yo, intentaban clavar la mirada en el piso y distraer el sentido del olfato a costa de cualquier cosa.
Salí casi a las corridas, anhelante de un poco de paz y mi única alma. Mis exclusivos olores y nada más. Cuando llegué a casa, acomodé velozmente las compras, tiré los recibos de pago en el escritorio y me escabullí presurosa en la ducha, bajo un chorro frío de éxtasis acuoso.
Me cambié y caminata de por medio llegué a la casa de Iván. Con un poco de suerte, estaba a tiempo de cocinar algo para cenar juntos. No me detuve en la puerta, sino que me dirigí a la cocina.
Algo en el silencio me hizo dudar. Fui al comedor y no había nadie. Que raro, raro de nuevo. Todavía tenía el cuchillo en la mano y el olor de la cebolla que subía desde ahí hasta adentrarse en mis fosas nasales.
La puerta estaba cerrada pero se oía movimiento, entré y me quedé mirando. Ahí estaba mi novio con... alguien. Las piernas de ella enredadas a su cintura. La espalda de él perlada con el rocío del sudor. Esa imagen penetró en mi cabeza (curiosa elección de palabras). Quizás por eso no me contestaba de noche. ¿¿¿Quizás???
Pensé en la cara estupefacta de mi suegra, no sé porqué. Era una aberración quedarme ahí solo mirando. No escuchaba nada, había dejado de escuchar hacía mucho rato, sentía los oídos tapados como cuando uno está elevándose en un avión y ese chillido agudo que te taladra la cabeza y produce náuseas.
Miré mi mano inerte, congelada en el maldito espacio, el cuchillo que debería ejercer algún peso en mi mano y, sin embargo, permanecía allí ligero como una pluma, como si no existiera, como si fuera una alucinación.
Miré de nuevo al frente e Iván me miraba aterrorizado, creo que intentaba sacudirme o hablarme. La verdad es que no lo escuchaba. La chica me miraba con un dejo de abulia en la mirada. Como si no le importara que yo estuviera ahí, no se percibía siquiera un atisbo de triunfo, ni la gélida ironía que cabe esperar. O era una puta o mi novio le importaba un pito. Parecía casi asqueada. Creo haber notado cierta pena en el gesto con el que comenzó a vestirse. ¿Pena de mí?
Iván seguía diciendo algo y gesticulando, tocándome... ¡Por Dios soltame! ¡Que asco!
Pero no lo dije, me limité a sentir el tufo pegajoso de su mano sobre mis hombros. El murmuraba algo sobre que me calmara, que no cometiera una locura, que teníamos que hablar.
¿Teníamos que hablar? Supongo que lo miré de alguna forma, porque inmediatamente se calló. Levanté la mano que aferraba el cuchillo... todo fue muy rápido, apenas lo recuerdo, todo se ve borroso, como una película que avanza y retrocede velozmente. Creo que solté el cuchillo y salí corriendo. Iván me perseguía desesperado.
Sencillamente quería poner tierra de por medio, quería llorar aunque no lo necesitaba, porque se supone que en estos casos uno llora, no? HIJO DE PUTA! Lo único que me hacía eco en la cabeza era eso, hijo de puta. Y no lo ví. Tal vez por las lágrimas, por el dolor que asomaba junto a la conciencia, tal vez porque Iván ya estaba muy cerca. Lo cierto es que no lo ví. Y el del auto no tuvo tiempo de frenar.


No me acuerdo de nada más. Pero espero que Iván lo recuerde muy bien.



Cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia, tanto la historia como sus personajes pertenecen a la ficción. Texto original ideado, escrito y publicado por la autora bajo el seudónimo de "Acid Cherry" en el día de la fecha, Miércoles 19 de Diciembre de 2007.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Cherry:
Ya es la segunda historia, de tu autoría que conozco, con un final TEDIBLEEEEEEEEEEEE!

Contame una de Cenicienta, con FINAL FELIZ!

Cortemos con los cuernos, ya hay un blog que habla todo el tiempo de eso:
Te da cátedras de como "Ser cuernos al marido y doctorarlo", y obvio pensar que pasa desapercibida en la vida del tonto marido”…je! que ilusa…

Buenooooooooooooooo, lo admito me salio la India Salvaje.

Pero che! Siempre nosotras muriéndonos!, Ufaaaaaa!!!

Porque no le paso el auto por encima a Ivan, IDA Y VUELTA, es decir freno YA sobre Ivan, e hizo maniobras de adelanto y retroceso, y una vez aplastado cual inmunda cucaracha...le dabas un final feliz a la historia...

No taría buena así la historia?

Ud. que opina Don Guille?

Besos
Indus

→FAIRY ♥ KAMI← ® dijo...

jajajajaja Indus!! Ella quiere su final feliz... su fueron felices y comieron perdices...
A Iván no podía matarlo, es mejor el punzante remordimiento de por vida. ¿Porqué no podía terminar feliz? No sé, supongo que quizás algún día pueda escribir algo con final feliz, lo voy a pensar.
El tema es que la muerte es la vida misma... o la vida es vivir muriendo. Un final "letal" es desgarrador. Un final feliz, es una utopía. Pero podemos probar, me gustan los desafíos.
Sobre el blog de los cuernos... puaj. Así tendrá su triste y patético matrimonio, no? Más que nada porque hay temas que por más onda que se le ponga, no resultan graciosos.. ni son "in" o "cancheros". El infiel es una persona con la autoestima por el suelo y cree reforzarlo con la conquista. Lamentablemente reafirma su pobre visión de sí mismo y el egoísmo más cruel para quien te ama y acompaña.
A Guille ni le preguntes, él también tiene ese algo de fatídico en sus letras. La pesadez de la humanidad caminando azul por un papel.
Prometo intentarlo por vos Indusqui... "un final feliz".
Gracias por ser siempre esos ojos cariñosos que recorren mis frases. Te quiero amiga. Sos de fierro.

Resiliente dijo...

Me dejaste helada. Recien visito tu blog y me engancho tu cuento, hasta pense que era realidad.

→FAIRY ♥ KAMI← ® dijo...

Hola Marce!!! JEJE... bueno, realidad no es, al menos, no es una experiencia personal, pero la primer parte (la de los cuernos) podría ser la realidad de cualquiera, no? Bien conocido es el dicho de que "De la muerte y los cuernos no se salva nadie". De hecho ya alguna vez los he llevado, sin saberlo, claro. Aunque he de decir que en la actualidad no es una experiencia personal (creo) JAJAJA.
Me alegra que te haya gustado la historia!!! Un beso enorme!!! Y a cuidar esa pancita!!!

Mayra dijo...

Uff menos mal que era ficcion! es la primera vez que entro acá y ya estaba pensando que tu novio era como lo dices un hijo de puta, que cuanto tiempo habría pasado desde el evento hasta q te animaste a plasmarlo aca, que como serias de gorda si sales bien en las fotos, etc.. si si a veces como q pienso mucho.
saludos
p.d. me gusto!

→FAIRY ♥ KAMI← ® dijo...

Hola ginis!!! Bienvenida!!! Bueno, si creíste que era cierto, quizás esté bien escrito y todo!!! jajajaja
Es alucinante poder escribir y que a la gente le guste... sobretodo cuándo uno lo pasa bien.
Menos mal que mi novio no me lee que sino creo que antes de terminar el cuento me llama para putearme jajajaja.
Espero verte nuevamente por aquí!!! Besitos.

Anónimo dijo...

Ante todo, FELICITACIONES POR EL BLOG, es un placer leerte. Admiro el sentido realista que tenés y como te expresás. De tál manera que esta vez, como Marce, pensé que el argumento del cuento era real.
Ahora sobre los cuernos, lo lamentable es que tenemos el título de cornudos y ni siquiera lo sospechamos, hasta que caen las benditas vendas de nuestros ojos. A mis 28 años ya los estrené! CHAN CHAN.!!
Tierna... lo mejor para este nuevo año que se inicia!

FELICIDADES!!!

→FAIRY ♥ KAMI← ® dijo...

Bostero y a mucha honra hola!!! Bienvenido!!! Bueno, como le comentaba a Manuel en el otro post, este cuento es una especie de pesadilla. Yo a mis (aún) 28 años, también estrené la cornamenta... de hecho hace bastantes años ya, por suerte. Digo suerte del agua que ya ha pasado bajo el puente. Y sí, siempre el cornudo es el último en enterarse, pero decime si cuando mirás para atrás no podés reconocer cientos de mini señales, que en verdad, los cornudos no queremos ver.
Pero bueno, aunque no lo puedas creer, hasta a esa situación se le puede poner elegancia y charmed. Hay distintas formas de reaccionar ante los cuernos. Yo fui una lady que se va llorando bajito y sin decir nada. El ataque de ira, de romper cosas. El de llanto a los gritos, que desgarra el pecho. Las noche agitadas de despertarme llorando. Todo eso, lo dejé para mi casa, mi habitación, mi familia, mis amigos. Una cosa es ser cornudo y otra darles el pié para que encima, te tilden de tarado o loco, no? JA!
Un besito... y lamento que a vos también te haya tocado!

Anónimo dijo...

Será así?
Yo a mis 40, juro, que no se si fui cornuda alguna vez.
¿O nunca me entere?
Es decir si nunca me entere soy una idiota, las miniseñales nunca las vi, si miro para atrás, después de 18 años de estar con mi ex esposo, sigo creyendo que jamás tuve ornamenta.
La lealtad y la fidelidad siempre estuvieron presentes.
Una vez muerto el amor y la pasión, lo comunique y recién ahí “nueva vida, nuevo amor”.

Dicen que de la muerte y de los cuernos, uno nunca se salva, o algo así.
Espero no me toque experimentar los cuernos con mi Chachus, porque ante una situación así, yo volvería a casa.
Si creo que tendría la misma actitud que la tuya, mi querida Cherry, volvería a casa pero a sentarme y esperar ver pasar el cadáver de mi enemigo, en este caso, volviendo a tu cuento, sería ver pasar a Ivan con las patitas para adelante, y otra que SUDOR, totalmente frío iría esta vez.

Que no te quepa la menor duda que saldría llorando de dolor, me subiría a mi auto , y mas temprano que tarde esperaría a Ivan, y como toda mujer, distraída que maneja, estacionaria mi auto por sobre Ivan.
Entonces, haría maniobras de avance y retroceso, porque las mujeres tenemos fama de nunca saber maniobrar, así que aprovecharía esa fama, lo aplastaría cual cucaracha inmunda.
Y luego si ...
Haría lo que dije antes, me sentaría en el umbral de mi puerta a ver pasar el cadáver de Ivan.
Je, macabro?
No.
Mujer irracional, ya saben (emoción violenta), saldría libre de culpa y cargo. Absuelta.
La conciencia?
Tranquila.
Fue un accidente, por no saber estacionar.

Besos y también lamento Marcelo que hayas pasado por esa crueldad, nadie en el mundo merece que lo traicionen.
¿Tenes auto?

Indus.

PD: Me voy a ver a MI CHACHUS.

→FAIRY ♥ KAMI← ® dijo...

Indus me maté de risa imaginándote. Igual no te creo capaz de hacerlo. Eso es lo que pensamos todos que haríamos. Descuartizarlo muy lentamente, parar cuando se desmaye y continuar la labor cuando recobre la conciencia. Pero, la verdad es que jamás sucede así. Cuando te encontrás cara a cara con los cuernos (si no es que te los rompes contra el quicio de una puerta), solamente atinás a llorar, a juntar los pedacitos de vos que puedan servirte, a pensar en matarlo para luego darte cuenta de que no vale la pena, incluso a veces te dan ganas de suplicar.
Pero no lo matás.
Eso sí. Pasado el dolor, uno se sienta a esperar la dulce venganza. Suele venir acompañada de una invitación a salir, de un "me equivoqué", de cosas por el estilo. Y es delicioso decir: NO, me tuviste y no lo valoraste. NO TE QUIERO VOLVER A VER. Todo esto dicho con voz de pena y la elegancia de una dama surgida del medioevo.
Hasta ahí llega la venganza, pero reconforta el alma.
Besitos... vaya con su Chachus! Disfrute. Y mejor no pensemos para atras si sopa le puso los cuernos... hay cosas que es mejor no averiguar.
Abrazos para vos y Chachus!

Anónimo dijo...

Que tu novio no te lee? Eso es motivo suficiente para pegarle un buen susto, cuchillo infectado de cebolla en mano.
Si querés ir más lejos, la India te hace el laburito con el auto.
Saludos

karus

Anónimo dijo...

Llevo cuarenta y tres años felices junto a mi marido convencida de que siempre me fué fiel.
Eso si. Si hoy me desayuno con la novedad... que no quepa la menooorr que como buena escorpiana revoleo su bolso.
Que no embromen. Es te vas o me voy. No resolvería el asunto con que olvidó que tenia su mujer, sino que algo más fuerte le permitio traicionarme.



saludos

→FAIRY ♥ KAMI← ® dijo...

Hola Karus!!! JA! Y bueno, a mi novio no le gusta mucho la lectura en general... escriba quien escriba. Así que no, no me lee. Pero no porque sea mío, sino porque sencillamente él prefiere escuchar música a leer.
De todas maneras, será tomado en cuenta el ofrecimiento de la India!!! jajajaajja.
Que bueno es verte por acá. Tus críticas me encantan porque sos una persona que a mi juicio, escribe maravillosamente y disfruto un montón leerte. Espero verte más seguido por acá porque te extraño!!!

escorpiana y sí... imagino que ponerle los cuernos a alguien de tu signo es casi un suicidio, pero por otro lado y teniendo en cuenta sus características no creo que nadie vaya a ponértelos. Escorpio tiene fama de ser el signo con los mejores amantes y los más fogosos!!! ¿Que más se puede pedir?
Lo del bolsito lo veo muy manso para alguien de tu carácter, me imagino más un estallido que haga temblar las paredes jajajaja.
Bienvenida... y espero que tengas ganas de volver!!!

Besos a los dos!!!

Anónimo dijo...

Miraba con un dejo de abulia en la mirada.
Me parece incorrecto,la palabra abulia estaria mal usada